Álvaro Enterría ha cedido el texto que viene a continuación para explicarnos desde su punto de vista como es la situación actual de la Mujer en India. De primera mano, ya vive en Varanasi, India, desde 1989 y está casado con Árati Náyak, originaria del estado de Orissa (India), con la que tiene dos hijos, nos cuenta en qué momento está su país actual respecto a los múltiples cambios que se están viviendo y cómo la modernización está afectando a valores y creencias que parecían muy arraigadas.
Es autor, entre otros libros, de La India por dentro. Una guía cultural para el viajero, que está agotado y se va a reeditar de nuevo dado el gran éxito y acogida que ha tenido. Dirige junto con su socio Dilip Jaiswal la librería y editorial Indica Books. http://www.indicabooks.com/
La brutal violación y asesinato de una joven
estudiante en Delhi por un grupo de rákshasas (demonios) hace unas
semanas desencadenó una gran ola de protestas por todo el país. Los medios de
comunicación internacionales han recogido este hecho y, como era de esperar, lo
han acompañado por evaluaciones paternalistas sobre la condición general de la mujer
en la India que, a mi entender, pecan en gran medida de superficialidad y de
juzgarlo todo con la mentalidad occidental actual (lo cual ocurre también con
las demás civilizaciones, como el mundo islámico, etc.).
Como llueve sobre mojado, y en España me
preguntan a menudo por “la condición de la mujer en la India”, querría
compartir con vosotros unos pensamientos, a sabiendas de que este es un tema
muy delicado que levanta muchas ampollas y pasiones en Occidente. Tengo el
privilegio de conocer bien dos mundos, y soy a menudo consciente de las
incomprensiones entre los dos.
Lo primero que llama la atención al ver
hechos como estos es el enorme precio que está pagando la India en su
modernización. Las normas de la cultura tradicional se aflojan cada vez más,
dejando a mucha gente en “tierra de nadie”. En concreto, muchos campesinos,
antes integrados en una cultura y forma de vida clara y con sentido (aunque,
evidentemente, muy dura en ocasiones), están siendo transformados en
proletarios sin raíces ni cultura. Y en esta “tierra de nadie”, un gran valor
que se está perdiendo a marchas forzadas es el respeto que la cultura
tradicional otorgaba a la mujer (y que aún se le sigue otorgando en muchos
ambientes).
Se habla a veces de la “desvalorización de la
mujer”, que viene de antiguo. Sí, esto es muy cierto, pero es sólo, en mi
opinión, la mitad de la verdad. Es imposible comprender la situación de la
mujer en la India sin comprender la ambigüedad, las dos caras, que la tradición
ha presentado en este tema. Teóricamente, la mujer está subordinada al hombre
(como en toda sociedad tradicional), pero sin embargo, en pocos lugares se ha
dado tanto valor a lo femenino. De esto testifica el hecho de que la Divinidad
se concibe a menudo como Diosa: la Diosa Madre, mucho más que como Padre; por
otra parte, toda divinidad masculina está acompañada de su “esposa”, que es
quien le da su energía (shakti), su capacidad de actuar. Por otro lado,
la mujer tenía y sigue teniendo un enorme poder en la familia, y la sociedad
india está formada por familias antes que por individuos. Una matrona india
es una de las figuras más respetadas en la sociedad.