Mujeres en cadena

martes, 30 de agosto de 2011

Castigos, No gracias!!

El castigo es la via rápida... no controlamos a nuestros hijos ni lo vamos hacer... la vía del respeto es difícil y nos cuesta porque no sabemos respetar al otro... Me gusta este artículo ofrece una visión nueva... cuándo castigas mirate primero cómo estás tú y que te está pasando? Miremos a la familia en su conjunto... Los niños se encuentran y actuan bien cuando los padres están bien... Quizás deberíamos plantearnos hacer un trabajo de introspección, esto realmente nos cuesta... y mucho... en cualquier caso, no olvidemos el camino del AMOR...


Los castigos son métodos represores dentro de un sistema que no funciona y chirría por todas partes.
Los padres de hoy echan mano de lo que recibieron ellos mismos en su momento. Cuando uno se enfrenta a la paternidad o la ma­ternidad con creencias antiguas y erróneas sobre lo que se debe o no hacer como padre o madre es fácil que surjan los castigos físicos o de otro tipo.

Los castigos de cualquier tipo no son necesarios, de hecho son totalmente perjudiciales para el Alma Infantil.

Es importante que nos deshagamos de la culpa si hemos casti­gado a nuestros hijos. Pero más importante es aún que dejemos de castigarlos.

En el seno de una familia que Sabe del Amor Incondicional  no cabe ningún tipo de castigo, físico o no.
“Entonces, ¿como respetarán lo importante?, ¿cómo me harán caso?” –pregunta alguien.
Si eliges el camino del miedo, la represión, el control y la descon­fianza en tus hijos, aparentemente te harán caso, mas en el fondo aprenderán a esconderse de ti, de ellos mismos. Y plantarás la semilla de la mentira, el
odio, el rencor, la culpa…

Cuando un niño realiza una acción que su padre o madre deciden castigar, es preferible observar la acción dentro de su contexto: ¿qué ha llevado a ese niño a emprender esa aventura?, ¿sabía que eso sería desaprobado por sus padres?, ¿cómo se sentía para llegar a preferir realizar algo prohibido?

Muchas veces esas acciones infantiles esconden enfados, tris­tezas…
Un niño feliz, en una familia feliz, no es un niño que necesite cas­tigos.
Un niño infeliz, en una familia desdichada, no es un niño que en­cima necesite castigos

Todos los niños del mundo necesitan lo mismo: AMOR, Respeto profundo por lo que fueron, son y serán.

Cuando suena la alarma del “mal comportamiento” de un niño, conectemos la alarma que nos indica cómo se encuentra ese niño y la Familia entera.

Como padre o madre conecta contigo, con cómo estás tú y per­mítete darte cuenta de que tus hijos son sabios. Confía en ellos, respétalos. Pero eso es sólo una parte… La otra es confiar en ti mismo, en ti misma y respetarte.

Respeto en lo más profundo.
Respeto desde ese adulto capaz de conectarse con su vivencia

Ante la maternidad y la paternidad:
Flexibilidad cuando corresponda…
Firmeza cuando sea necesaria…

Adaptación ante los cambios…
Aflojarse ante las resistencias (propias o ajenas)…
Que nuestros egos cedan primero
Abrirse a ideas ilimitadas…

Por Cristina Romero, Blog Despertar en la luz





2 comentarios:

Patricia dijo...

Me encanta Inés, es que es así, estás bien ellos están bien, es así.

Patricia dijo...

Uy, he firmado con el blog de "antes" je je, Soy Losojitosquebrillan.blogspot.com

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