El tiempo se para y disfrutamos la calma y la tranquilidad de ese instante... también hay momentos díficiles y dar pecho puede ser sacrificado... como en la maternidad, la lactancia también tiene luces y sombras!!!
A continuación un video de Carlos Gonzalez
¿Por qué amamantar a un niño de 3 a 4 años?
Porque más y más mujeres están ahora amamantando a sus bebés y más y más se dan cuenta de cuánto disfrutan hacerlo, por esta razón quieren continuar por más tiempo que sólo los meses que habían pensado al principio. UNICEF siempre apoyó la lactancia durante los dos primeros años y aún más, y la Academia Americana de Pediatría está alentando a las madres a amamantar a sus bebés por lo menos durante un año y extenderse hasta donde ambos lo deseen. Incluso la Academía Canadiense de Pediatría, reconoce que las mujeres pueden amamantar por dos años y más. Amamantar a un niño de 3 y 4 años ha sido algo común en el mundo hasta no hace mucho, y aún es común en muchas sociedades
¿Por qué la lactancia debe extenderse por más de 6 meses?
Porque las madres y los bebés disfrutan mucho esta relación.
¿Por qué detener una relación que se disfruta?
Pero dicen que la leche materna no tiene valor después de los 6 meses.
Tal vez se diga, pero es falso. Que mucha gente diga semejante cosa sólo muestra qué ignorante es mucha gente en nuestra sociedad sobre la lactancia. La leche materna, después de todo, es leche. Aún después de los 6 meses, todavía contiene proteínas, grasas y otros elementos nutricionales importantes y apropiados que los bebés y niños necesitan. La leche materna contiene factores inmunológicos que ayudan a proteger al bebé. De hecho, algunos de estos factores inmunológicos que protegen al bebé contra infecciones están presentes en mayores cantidades en el segundo año de vida que en el primero. Esto se debe a que los niños mayores de un año están expuestos a más infecciones. La leche materna contiene factores que ayudan a madurar el sistema inmunológico y a desarrollarse y madurar el cerebro, intestinos y otros órganos.
Se ha demostrado ampliamente en guarderías que los niños que amamantan tienen muchas menos y más leves infecciones que los que no lo hacen. Por lo tanto, la madre pierde menos días de trabajo si continúa amamantando a su bebé cuando ya ha regresado al mismo.
Es interesante que la publicidad de la compañías fabricantes de fórmulas inducen al uso de la fórmula (copia imperfecta del objeto real) durante un año, al mismo tiempo implican que la leche materna (de dónde se copia la replica imperfecta) es valiosa sólo durante 6 meses e incluso menos (“la mejor nutrición para los recién nacidos”). Muchos profesionales de la salud han adoptado este versito.
Escuché que los factores inmunológicos de la leche materna evitan que el bebé desarrolle su propia inmunidad si lo amamanto por más de 6 meses.
Esto es falso, de hecho, absurdo. Es increíble que tanta gente en nuestra sociedad tergiverse los beneficios de la leche materna volviéndolos una desventaja. Inmunizamos a los bebés para que ellos mismos puedan defenderse de una infección real. La leche materna también permite al bebé luchar contra las infecciones. Cuando el bebé lucha contra estas infecciones, se hace inmune. Naturalmente.
Pero yo quiero que mi bebé sea independiente ¿La lactancia hace al niño dependiente? No lo crea. El niño que toma el pecho hasta que él mismo decide terminar (usualmente de los 2 a 4 años) generalmente es más independiente, y tal vez, más importante,más seguro de su independencia. El niño recibe confort, y seguridad desde el seno hasta que él está listo para dar el paso de concluir por sí mismo. Cuando lo hace por sí mismo, sabe que consiguió algo, sabe que avanzó. Esto es un momento muy significante en su vida.
Generalmente empujamos a los niños a independizarse demasiado rápido. Dormir solos muy pronto, separase del seno muy pronto, arreglárselas sin los padres muy pronto, hacer todo muy pronto. No lo empuje, y el niño se independizará al tiempo justo. ¿Cuál es el apuro? Pronto va a irse de su casa. ¿Quiere que lo hagan a los 14?
Por supuesto que la lactancia a veces puede ser utilizada para continuar una relación desobredependencia. Pero también lo puede ser la comida y el entrenamiento para ir al baño. El problema no es la lactancia. Este es un tema aparte.
¿Qué más?
Posiblemente el aspecto más importante en amamantar a un niño no son los beneficios nutricionales o inmunológicos, sin quitarles su importancia, es la relación tan especial que se establece entre el niño y la madre. La lactancia es una viva confirmación de un acto de amor. Esto continúa cuando el bebé crece. Ninguna persona que alguna vez observó a un niño de 2/4 años amamantar puede testificar que allí no hay algo casi mágico y especial, algo que va más allá de la comida. Un niño que esta mamando puede romper a reír sin motivo aparente. Su deleite en el seno va más allá de la simple fuente de alimento. Y si la madre se permite, la lactancia se transforma en una fuente de deleite también para ella, más allá del placer de brindar alimento. Por supuesto no es siempre genial, pero, ¿qué cosa lo es?
Y si el niño se enferma o se lastima (como realmente sucede cuando conocen a otros niños y aprenden a jugar con otros) que forma más fácil y efectiva para tranquilizar al niño que a través de la lactancia?
Recuerdo noches en urgencias, llegaban madres con su niños enfermos. Las madres cuyos hijos no tomaban el seno andaban por los pasillos tratando de consolarlos, sin mucho éxito. Mientras que los niños que tomaban el seno estaban confortados, aunque no necesariamente felices. La madre conforta al niño enfermo a través de la lactancia, y el niño conforta a la madre a través de la lactancia.
Escrito por el Dr. Jack Newman, pediatra canadiense de reconocida autoridad en temas de lactancia materna.
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