Mujeres en cadena

viernes, 11 de noviembre de 2011

La luna y la mujer

Este es un artículo que tenía pendiente... la relación de la luna con nuestra menstruación...

A nivel psicológico, la menstruación tiene un importante papel en la forma en que procesamos información, en la creatividad y en la conexión con nuestro inconsciente. Está muy documentada la estrecha relación entre el psiquismo de la mujer y el funcionamiento de los ovarios a través de las hormonas.


LAS FASES MENSTRUALES

Podemos hablar de 2 grandes fases menstruales:

La fase folicular tiene lugar en el momento de la ovulación.

Esta representa la creatividad en su estado máximo, una energía extrovertida y social.

Las mujeres en esta fase somos fértiles en todos los sentidos y es una muy buena época para iniciar nuevos proyectos. Además, el aumento del nivel de estrógeno que conlleva la ovulación se ha relacionado con un aumento de la actividad del hemisferio cerebral izquierdo (fluidez verbal, pensamiento lógico) y una disminución en el derecho.

En muchas mujeres el deseo sexual está en su apogeo a mitad del ciclo y nuestro cuerpo secreta en el aire hormonas que se asocian al atractivo sexual. Nuestra sociedad de la acción acepta y aplaude esta fase y estas actitudes de la mujer.

Por el contrario no se muestra tan condescendiente ni comprensiva con la fase lútea, desde después de la ovulación hasta el comienzo de la menstruación, que representa un periodo de evaluación y reflexión que invita a reducir el ritmo, descansar y alejarnos de nuestros quehaceres diarios, algo socialmente mal visto.

En esta fase es cuando las mujeres están más sintonizadas con su saber interior, con lo que no funciona en su vida y con la capacidad de transformarlo. Los sueños son más frecuentes y más gráficos durante las fases premenstrual y menstrual porque hay más acceso al inconsciente.

Y hay evidencias científicas de que antes de la menstruación se activa más el hemisferio cerebral derecho, el relacionado con la intuición, y disminuye la actividad del izquierdo.

La mente y el cuerpo se ralentizan de algún modo y replegamos la energía hacia dentro por efecto de varias hormonas, sobre todo la progesterona, que prepara el útero por dentro para recibir el óvulo fecundado. Nuestra sociedad juzga malas e improductivas la energía, emociones e introversión premenstruales porque es incoherente con el ritmo frenético imperante (que favorece el no pensar y el vivir sin consciencia, arrastrados por la masa).

En cambio, en muchas culturas antiguas se respetaba muchísimo la capacidad para profetizar y comunicarse con los espíritus en esta fase. Por ejemplo en la asamblea lunar de los indios americanos las mujeres que menstruaban se reunían para soñar juntas y salían inspiradas e inspiradoras para los demás.

Este es, a grandes rasgos, el potencial que nos ofrece la menstruación si estamos atentas a escucharla y respetarla, pero realmente podríamos ampliar estas fases a cuatro y concretar más el tipo de energía asociada añadiendo a una vieja compañera del ciclo menstrual: la LUNA.

En la antigüedad los primeros conceptos de medida y tiempo hacen referencia al ciclo lunar y su paralelismo con el menstrual. ‘Menarquia’ proviene del griego y significa ‘primera luna’ y en latín se utiliza la misma palabra (mensis) para los términos ‘mes’ y ‘luna’, y de ahí deriva ‘menstruación’.

Muchas culturas medían el tiempo en noches y meses lunares.

Incluso hoy en día la Semana Santa cristiana se celebra tras la primera luna llena después del equinoccio de primavera y otras fiestas islámicas o judías también dependen de la luna llena.

Nuestro ciclo biológico y psíquico también va paralelo a las fases de la Luna y este vínculo está documentado científicamente en numerosos estudios. Los índices más elevados de concepción y de ovulación se producen durante la luna llena o el día anterior, y disminuyen durante la luna nueva, que es cuando a muchas mujeres les viene la menstruación.

Por otro lado, la luz también tiene su relación con el ciclo menstrual. Vivir bajo luz artificial gran parte del tiempo puede afectar a la regularidad del ciclo y llevar a sufrir síndrome premenstrual (SPM).

En muchas mujeres el SPM empeora en otoño, cuando los días se acortan.

De hecho, muchos síntomas del SPM son los mismos que los del trastorno afectivo estacional (TAE) y esta relación entre SPM y TAE es un ejemplo de cómo la sabiduría femenina está conectada también con las estaciones.

Combinando ahora la Luna y las estaciones con las energías del ciclo menstrual anteriormente descritas tenemos 4 ARQUETIPOS FEMENINOS presentes en las leyendas, mitología y cuentos populares: la doncella (luna creciente, primavera, preovulación, dinamismo), la madre (luna llena, verano, ovulación, amor), la hechicera (luna menguante, otoño, premenstruación, creatividad) y la bruja (luna nueva, invierno, menstruación, sabiduría). Miranda Gray y otras autoras detallan en sus libros el significado de estos arquetipos

1 comentario:

Patricia dijo...

Sí, así es, yo los peores momentos con la peque son en la lútea, siempre, no falla, tooooodo se me hace un mundo. Y tú?

Qué ganas de conocerte!

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